Constituye
sin lugar a dudas una actitud mental unida a la especie humana, la humana es
bastante sensible a todas aquellas acciones que están relacionadas con la
recompensa y con la frustración. Somos optimistas por
naturaleza y son los acontecimientos y nuestros pensamientos posteriores los
que nos pueden hacer tener una concepción pesimista de la vida y el mundo en
general.
Favorece
nuestro estado de salud, refuerza el sistema inmunitario, estimula la
reproducción y como consecuencia de todo lo anterior consigue alargar nuestra
esperanza de vida.
Eso a
nivel físico, pero a nivel psicológico el ser optimistas tiene muchos
beneficios: consigue que las relaciones sociales sean más sencillas y fluidas,
aumenta nuestra creatividad y capacidad.
Sin
lugar a dudas nos concede un mayor bienestar en todos los aspectos.
A esto
se le añaden las experiencias personales que vivimos a lo largo de la infancia
y adolescencia que podemos digerir y asimilar de una forma u otra, hacia el
optimismo o hacia el pesimismo.
Por qué
unos niños tienen tendencia al optimismo y otros al pesimismo lo primero que
nos viene a la cabeza es el entorno en el que ese niño ha crecido y se ha
desarrollado.
La
mayoría de las veces la atribución que hacen los padres a las cosas o sucesos
las suelen hacer también los hijos, no como consecuencia de algo genético sino
aprendido.
Las
constantes referencia por parte de los padres y el entorno a la incapacidad, el
fracaso, la incompetencia, la mala suerte, el culpabilizar a los otros, etc.
nos dará muy probablemente como resultado un niño y futuro adulto pesimista,
actitudes de seguridad, capacidad, impulso, poder personal, nos dará como resultado un niño y futuro
adulto con mayor tendencia al optimismo.
En
general un niño que tenga un entorno vital sereno, sin grandes conflictos, ni
situaciones traumáticas graves será un niño optimista.
Si por
el contrario desde muy pequeño es testigo de conflictos, ambiente tenso y frío
desarrollará conductas con mayor tendencia a la incapacidad, depresión o
pesimismo.
Son las
conductas aprendidas las que podemos modificar para tener una vida mejor, una
vida más optimista.
Pudiendo
elegir, ¿qué escoge para sus hijos? ¿Y para usted mismo?
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