Todo
empieza a cambiar y a mejorar: nuestras relaciones, nuestra salud, prosperamos,
nos vemos más hermosos, perdemos el peso que teníamos demás, cuando empezamos a
aceptarnos, dejamos de criticarnos y empezamos a amarnos tal cual somos.
Pero al
hablar de amor hacia nosotros, no quiero decir que seamos vanidosos, al
contrario la vanidad es más bien miedo y por eso necesitamos de lo externo para
sentirnos un poquito más seguros.
Cuando
nos amamos de verdad confiamos en la vida, nos sentimos merecedores de todo lo
bueno y la vida responde a nuestros sentimientos.
El amor
hacia nosotros mismos es tan esencial que debía haber sido una de las primeras
cosas que hayamos aprendido en la vida.
Cuando
éramos niños nos amábamos tal cual éramos, no nos criticábamos de nada, no
pensábamos si estábamos gordos o si éramos lo suficientemente adecuados para
algo, nos aceptábamos totalmente.
Pero a
la medida que íbamos aprendiendo de la vida, tal cual nuestros padres nos la
enseñaban aprendimos falsamente que no éramos adecuados o lo suficientemente
buenos y empezamos a criticarnos.
Al
amarnos incondicionalmente y de verdad, escalamos en nuestra escala de
vibraciones, nos sentimos bien y atraemos a nuestras vidas experiencias mucho
más gratificantes que si no lo hiciéramos.
Al
amarnos nos permitimos tener buenas relaciones, prosperar y gozar de buena
salud, puesto que la autoestima es la base donde se apoyan las relaciones
gratificantes, el éxito profesional, la prosperidad y la salud.
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