No somos felices en tanto no decidamos serlo, no consiste en hacer siempre lo que queremos, pero si en querer todo lo que hacemos, nace de poner nuestro corazón en el trabajo y hacerlo con alegría y entusiasmo.
No hay receta, cada cual la cocina con la sazón de su propia meditación.
La felicidad no es una posada en el camino, si no una forma de caminar en la vida.
Aprendamos a ser como la arena en la playa, que a pesar de las pisadas de los hombres, regenera la pureza de su origen.
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