14 de noviembre de 2011

REMEMBRANZA.

Nosotros los croatas del mismo modo nos consideramos venturosos.
Por qué conjuntamente con ustedes los peruanos, hemos podido hermanarnos por los senderos de nuestra tierra, que la reconocemos  cómo propia.
Considerables paisanos croatas, se desplazaron también por circunstancias de trabajo, al interior del país. 
El cual está dividido en tres grandes regiones.
Nuestra hermosa costa, las macizas cumbres de nuestra sierra y la frondosa y densa selva.
Acompañados de nuestra cordillera de los andes, que atraviesa toda nuestra patria, de norte a sur, en varios ramales. Recorrieron cada población, aldea, lugar y superficie de nuestra patria y su gente.                                                              
Llegaron y conocieron  las alturas y se deleitaron  de sus vigorosas montañas.
Tenemos el cruce ferroviario más alto del mundo Ticlio, lugar turístico a 4,818 m s n m. Abra Anticona. Lagunas y nevados maravillosos.
También admiraron la afluencia de sus caudalosos ríos. 
El Amazonas, Marañon, Ucayali, Urubamba, Santa y otros.
Compartiendo con Bolivia el lago Titicaca.
Las naturalezas verdes y agrestes de sus  sucesos, labores, compromisos y consecuencias.
Gozaron  y descubrieron las figuras eternas de nuestros cerros pedregosos.
La más impresionante y famosa ciudad inca. Machu Pichu, patrimonio de la humanidad.
Naturaleza tan diferente de la croata, pero todo posee su encantamiento desde la óptica que se  aprecia.
Como no mencionar nuestro puerto y centro turístico en la costa dálmata. Dubrovnik, ciudad amurallada, también patrimonio de la humanidad.
Mil veces nos  hemos  llenado de energía, encantándonos  de ese azul profundo de los cielos de los pueblos de las  cordilleras peruanas.
Como de la trasparencia de nuestro mar Adriático, observando las piedras y los peces.
Acordándonos en esos momentos del cielo croata, de sus nubes blancas, cerca y lejos de la nieve. 
Nos  deleitamos  de la luminosidad del sol  y del frió, con sus lluvias que mojan nuestros cuerpos.
Como en  nuestros recuerdos de invierno intenso, en  nuestra querida Croacia, tan igual como el frío de la puna peruana.
Gozamos percibiendo el silencio, advirtiendo en  el viento y  oyendo nuestro eco, en la hermosura  de nuestras majestuosas montañas, lagunas y mares.
En esos momentos hemos estrujado nuestras esencias y nuestro espíritu, evocando la nostalgia de la tierra lejana.
Nuestro aislamiento nos hizo sentir la cercanía de lo añorado... Oíamos  los truenos y rayos, los advertíamos en el firmamento y en nuestro interior, tan lejos de la tierra amada.
Recordando también lo nuestro.
Al igual que el arco iris que iluminaba  y resplandecía  en nuestra alma. Igual como en el cielo.
Olfateábamos las flores, encontrando siempre un aroma diferente, pero semejante... Observando el  fango mojado después de la lluvia.
Recordando también, nuestros refrescamientos en los ríos Drava, Sava, Kupa, Neretva, Danubio  y Una.
Como no acordarnos de  las cosechas del trigo, maíz, remolacha, semillas de girasol, aceitunas verdes, frutas cítricas y uvas. Además... Tantos recursos forestales de nuestra querida Croacia.
Aquí aprendimos a deleitar las paltas,  piñas,  papayas,  toronjas, granadillas, el camote, la yuca que aprendimos  a consumir.
No podríamos desistir de  recordar y suspirar.
Porque la vida, existe en todas partes del mundo...
Solo hay que aprender a cambiar de lugar... Nuestras vidas se desarrollaron aquí.
En esta nación valorada. ¿ Porque si de algo se caracterizan los croatas?                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          Es que son nacionalistas, y aman la tierra. Hoy amamos esta... El Perú.
He  tratado de visitar a mis pueblos y sus habitantes, siempre con ojos de fascinación.
Todos contestan con una palabra, una expresión, un gesto y una canción, exponiendo la agonía y la satisfacción. 
Una danza en las calles, porque honran y aman su folklore.
Adivinamos su habla, deducimos sus saludos, recapacitamos sobre sus percepciones, advertimos sus idolatrías y costumbres. ¿Cómo no admirar a nuestros peruanos?
Que son potentes, afables y amistosos para con su pachamama, la madre tierra.
Como no valorar sus edificaciones inseguras y sus templos, que no faltan en ningún poblado aislado, y la religión que profesan...
Hemos aprendido a quererlo, a descubrirlo, a admirarlo y a valorarlo todo... Principalmente a ellos.
Ellos si son genuinos, agradables, tratables, complacientes, serviciales,  nos brindan el  afecto mas legitimo... Esa es mi gente, siempre muestran él más caluroso de los recibimientos... Este es mi Perú.
Jamás dejen de conquistarlo y protegerlo.
Hoy peruanos y croatas estamos unidos por sangre.
Siempre es momento de decir:
Amamos a  Perú y amamos a Croacia.

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