Se requiere mucha inteligencia para ser un hombre sencillo.
La sencillez no es apariencia, ni renuncia, ni adaptación a un patrón de vida.
La sencillez se encuentra cuando somos interiormente libres, proviene del conocimiento, no es una virtud, menos una disciplina.
El ser sencillo surge de la comprensión de lo que realmente somos.
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