14 de noviembre de 2011

TE FUISTE QUERIDO DIDA.

Lo que da valor a este adiós no son las palabras. 
Si no el gran sentimiento que los tuyos profesaban y profesarán siempre por ti... Por eso mi gran aprecio y amistad hacia tu persona y a tu querida familia. 
Hacen que esta despedida sea plena de amor y ternura.
Tú siempre te rodeaste de sentimientos plagados de admiración, de honestidad y legitima autenticidad. ¿Porque  si hubo un ser mas autentico y franco en esta vida? Ese eras tú querido Dida...
Siempre fuiste el eje más importante de todos los tuyos.
Principalmente para tú querida esposa y compañera de tantos años y para tus hijos.
Que te convirtieron en el abuelo más afectuoso para con tus nietos.
Como no mencionarlos y tu única nieta mujer, con la cual en especial tus charlas eran interminables.
Les otorgaste el verídico cariño de abuelo y los excelentes cuidados.
Fue una lástima que no pudiste regocijarte de tus bisnietas. 
Ya que tu penado padecimiento no lo permitió.
Soportaste con hidalguía la añoranza de tu patria Croacia.
La falta de tus hermanos y familiares que continuaron sus vidas en el viejo continente.
Aprendiste a querer y a proteger esta tierra peruana, dónde se desenvolvieron todos los tuyos.
Pequeña familia pero unida. 
Muchas cosas buenas te dieron la vida... y ahora les tocara a tus nietos, contarles a tus bisnietas las mil y una anécdotas.
Con las cuales se te recordara siempre... Ten la plena seguridad de que tu ausencia dejara un espacio profundo en el corazón de todos los que te conocieron y quisieron.
Fuiste una persona extraordinaria por todo lo que te toco vivir. 
Por tu constante lucha por la vida hasta el último momento.
Ahora encontraste la paz eterna en esta tierra peruana.
Cerca de los andes.
 Esta tierra que té acogió 54 años de tu vida. 
Ruego a Dios te conceda él descanso eterno.
Y nos dé a tu familia y a todos los que te queremos, resignación en este momento de dolor. Querido Dida...
Tú siempre estarás vivo en nuestros corazones. 
18 de febrero del 2,002

De la muerte no te pude librar de mis recuerdos, por siempre te cuidare.

Siempre estarás con nosotros en nuestros pensamientos y recuerdos.

A nuestro querido abuelo, tus pasos ya no se oyen, ya no hay tu voz... Triste esta nuestro hogar.


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