A MI MADRE.

Siempre estoy pensando en ti, está latente en mi corazón todo lo que me has enseñado, los agradecimientos y cariño hacia ti no tienen límites, cada día que pasa reconozco todos tus sacrificios y desvelos que hoy te han tocado afrontar al lado de mi padre enfermo, por cuidarlo con tanta paciencia cada día.

Nos has demostrado a todos... la fortaleza que tienes y que eres capaz de seguir luchando con tanta voluntad y esfuerzo. Para ti la felicidad no depende de lo que está pasando a tu alrededor, tu mides todo con tu espíritu pasivo. 
¡Y así enfrentas los problemas de tu vida! Pero en tu mundo madre... Tú eres la persona que posee esas bellas cualidades que forman tu dulce personalidad.

Siempre estas dispuesta a compartir con los tuyos su alegría.

Alientas en todo momento las esperanzas. 
Tratas de comprender a todos y solo perdonas.