16 de noviembre de 2011

PENDIENTES.

Llevarse bien con los hijos suele ser algo que consiguen en mayor medida los padres que han estado pendientes de ellos desde pequeños, trasmitiéndoles seguridad y mucha amistad. Pero no obstante, la enseñanza es una carrera de fondo, siempre sé está a tiempo de actuar positivamente, nunca debemos de lanzar la toalla ante los posibles conflictos que se dan, los hijos deben de forjar su propia identidad, su propósito es ir liberándolos del vínculo familiar. 
Los progenitores sufrirán menos si admiten ese desprendimiento y asumen  que sus hijos deben de valerse por sí mismos, ellos deben conformarse con adjudicarse nuevas tareas de contención. 
Educar en democracia, representa que nuestros hijos deben implicarse en las decisiones que les conciernen, todo es susceptible de ser discutido, desde preferir y aceptar que quieren estudiar, hasta establecer la hora a la que deben de llegar a casa, el tiempo que deben de usar el teléfono o el volumen del equipo de sonido. 
Los hijos deben de saber que hay una madre que ampara los pactos, los extremos nunca son buenos, no debes ser un progenitor excesivamente complaciente o desentendido, hay que instituir límites claros, razonables, prudentes, reflexivos y armónicos con las necesidades de ambas partes, ante cualquier tipo de provocación de tus hijos, no pierdas la tranquilidad, no te pongas al mismo nivel de ellos, siempre tenemos que poner en práctica, un buen ejercicio de autoridad, la sociedad de consumo tiene acorralados a nuestros hijos y sus necesidades que  muchas veces no tienen fin, que acepten su realidad. 
El intercambio generacional puede y debe de ser enriquecedor para nuestros hijos, hoy en este tiempo, la armonía domestica brilla por su ausencia, mientras nuestro tensiómetro se pone al rojo vivo. 
Hay que educar a nuestros hijos con los referentes  que nosotros vemos que van bien.

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