Los progenitores sufrirán
menos si admiten ese desprendimiento y asumen
que sus hijos deben de valerse por sí mismos, ellos deben conformarse
con adjudicarse nuevas tareas de contención.
Educar en democracia, representa
que nuestros hijos deben implicarse en las decisiones que les conciernen, todo
es susceptible de ser discutido, desde preferir y aceptar que quieren
estudiar, hasta establecer la hora a la
que deben de llegar a casa, el tiempo que deben de usar el teléfono o el
volumen del equipo de sonido.
Los hijos deben de saber que hay una madre que
ampara los pactos, los extremos nunca son buenos, no debes ser un progenitor
excesivamente complaciente o desentendido, hay que instituir límites claros,
razonables, prudentes, reflexivos y armónicos con las necesidades de ambas
partes, ante cualquier tipo de provocación de tus hijos, no pierdas la
tranquilidad, no te pongas al mismo nivel de ellos, siempre tenemos que poner
en práctica, un buen ejercicio de autoridad, la sociedad de consumo tiene
acorralados a nuestros hijos y sus necesidades que muchas veces no tienen fin, que acepten su
realidad.
El intercambio generacional puede y debe de ser enriquecedor para nuestros
hijos, hoy en este tiempo, la armonía domestica brilla por su ausencia,
mientras nuestro tensiómetro se pone al rojo vivo.
Hay que educar a nuestros hijos con los referentes que nosotros vemos que van bien.
Hay que educar a nuestros hijos con los referentes que nosotros vemos que van bien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario