Las personas que dialogan demasiado de ellas mismas entorpeciendo las pláticas, hablando solo de ellos mismos, siendo constantemente comediantes, desempeñándose con desatino y avasallando la charla, presumiendo en todo momento de lo que poseen y de que todo lo saben y que han conseguido todo en la vida considerando siempre de menos a los que los rodean, esos son los únicos que transportan su carreta vacía en la vida.
La
sumisión reside en silenciar nuestras bondades, logros y honestidades al que
interviene en una plática con nosotros, hay que accederle que las exprese
siempre y en cada momento saber escuchar y a la vez compartir, nadie está más
vacío en este mundo que aquel que está repleto de sí mismo y solo hace sonido
estrepitoso de sus hechos.
Ese es
el que anda vacío en la vida.
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