Aprendes que por mucho que te angusties nadie se angustiará por ti.
Se requieren años para cimentar la confianza y segundos para devastarla.
¿Qué es lo que verdaderamente cuenta en la vida? No son los objetos que tengo a mí alrededor sino los seres que amo y me rodean.
No debo compararme con lo mejor que hacen los demás, si no pensar siempre en hacer lo mejor por satisfacción.
Hay cosas que puedo hacer en un momento y ocasionan desconsuelo toda una vida.
Porque alguien no me ame de la manera que yo quisiera, no significa que no me ame a su manera.
La lucidez no tiene que ver con las experiencias que uno tiene, ni con el número de años vividos que uno lleva, la lucidez es la bondad y la sabiduría del alma entera.
El amigo por más bueno que sea tarde o temprano te lesiona, porque querrá apartarse del sufrimiento y de las penalidades que tú llevas.
Ese… no es tu verdadero amigo.
No es suficiente ser perdonados por otros, busquemos el perdón a nosotros mismos.
Es mucho más fácil rebelarse que pensar y más apacible pensar que contrariarse.
Podemos llegar mucho más lejos de lo que pensamos viable, uno es responsable de lo que hace cualquiera sea la emoción que tenga.
Las personas hacen aquello de lo que están convencidas a pesar de las consecuencias.
Aprender a olvidar y a dispensar requiere mucha práctica.
El poderío y la riqueza son malísimos guías del valor de algo o de alguien.
Por más fuerte que sea mi combate o mi frustración el mundo no se detiene por mi consternación.
Cuando dos personas riñen no significa que no se amen y simplemente cuando dos personas no riñen no significa que se amen.
No tengo que reemplazar a los amigos, los amigos cambian y solo hay que admitirlos o aislarse.
Que dos individuos miren a la misma dirección, no quiere decir que observen lo mismo.
Cuando soy honorable conmigo, llego más lejos en la vida.
Cuando no puedo dar más, logro hallar la fuerza para socorrer y auxiliar.
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