Si tienes enemigos, reconcíliate y dales la paz.
Sí tienes pobres a tu lado, ayúdalos, es tu deber.
Si tienes soberbia, sepúltala y olvídala.
Si vives en tinieblas, enciende tu farol.
Si tienes tristeza, revive tu alegría.
Si tienes errores, reflexiona con la verdad.
Si tienes odio, descártalo y empieza de nuevo.
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