Donde
hay amor, no hay espíritu posesivo no hay envidia.
Hay
piedad y compasión.
No en
teoría, sino en hecho.
Por
nuestro esposo, compañero, padres, hermanos, hijos y por las personas que
queremos.
Solo el
amor puede generar cambios de belleza, orden, paz y armonía.
El amor
con su desinterés logra que él “yo” deje de existir y actúe a favor del amor.
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