Te
estimula, te elogia sin adularte, te ayuda desinteresadamente y no abusa de tu
buena bondad y generosidad.
El que
con sabios consejos te ayuda a construir y pulir tu personalidad, el que goza
con las alegrías que llegan a tu corazón, el que sin penetrar en tu intimidad
trata de conocer tu dificultad para ayudarte, que sin herirte, te aclara lo que
entendiste mal y te saca del error, que levanta tu animo cuando estas caído, el
que con cuidados y atenciones quiere menguar el dolor de tu enfermedad y de tu
pena, que te perdona con generosidad olvidando tu ofensa.
El que
ve en ti un ser humano con alegrías, esperanzas, debilidades y luchas, ese es
el amigo verdadero.
Consérvalo.
Consérvalo.
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