Sí tu hijo tiene la ventura de constituirse en un hogar de
raíces estables y seguras, conseguirás respetar sus propias alas y en un acto de valentía, aceptarás que
debe de emprender a correr sus propios riesgos, con el fin de que plante
sus raíces.
Sus alas tan solo son suyas, no las puedes mover a tu capricho.
Si ya les diste
adiestramiento a tus hijos, debes
dejarlos arrancar su vuelo.
Con su propio autocontrol.
De esta manera distinguiré si efectivamente he triunfado en mi papel de madre.
De esta manera distinguiré si efectivamente he triunfado en mi papel de madre.
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