No sabemos bien que es lo que esperamos, pero ahí estamos, reclamando tercamente con la vida para que esta empiece.
Pero no nos damos cuenta que la existencia la estamos viviendo aquí y ahora.
Las proyecciones inútiles solo nos aportarán decepciones.
Es bueno ser previsores y tener la certeza que estamos haciendo lo correcto.
Pero no debemos aplazar el propósito de ser felices y compartir con aquellos que nos rodean.
La vida pasa veloz, los hijos crecen, las pequeñas grandes alegrías se oscurecen, los amigos viajan, cambian de lugar, enferman o mueren.
Y nosotros nos quedamos con la sensación de haber llegado tarde a la entrevista.
Cada instante es trascendente, con alegrías y sufrimientos, con entusiasmos y decepciones.
El futuro nos traerá nuevas oportunidades.
Este es nuestro lapso, simplemente la vida está pasando y no nos damos cuenta.
La vida se encuentra aquí, en el momento que lees estas líneas.
No te detengas, no hay tiempo para postergaciones.
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