15 de noviembre de 2011

LA SERENIDAD.

Que mi camino sea pausado y alivie el latido de mi corazón, mediante la serenidad de mi imaginación, atenúa la rigidez de mis nervios y musculatura, con la melodía suavizadora que existen en mi memoria. 
Socórreme a conocer el dominio restaurador del sueño. Instrúyeme en el arte de tomar vacaciones de un minuto. Paralízame para contemplar una flor, a platicar con un amigo, leer unas escasas líneas de un libro, haz pausado mi paso  en este cosmos agitado, recuérdame quien es la conciliación en medio de la borrasca y la serenidad en medio del tumulto.

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