No y no permitirles de ninguna manera que den rienda suelta a los golpes y que prosigan en su intento de golpear, aunque nuestros hijos no tengan intenciones de golpearnos o hacernos daño, deben comenzar a aprender que tales comportamientos no son adecuados y no deben de ser aceptados por los adultos.
Hay que corregir esa conducta siempre dándoles una explicación sencilla y concisa, no se debe de esperar que el niño tenga tres o cuatro años para explicarles, los niños entienden aunque sean pequeños, no esperen que sea tarde, los hijos deben de asimilar la idea de lo que significa respetar físicamente a los demás, nuestros hijos están en crecimiento, está en una constante batalla, entre sus impulsos y su capacidad para controlarlos.
Somos
los padres, los abuelos y los familiares los que debemos de desempeñar un papel
mediador, enseñando las formas de canalizar estos impulsos y la mejor manera de
expresar que no son buenas estas agresiones.
Mientras más pequeños mejor, será una forma más fácil que hagamos madurar y moldear sus conductas.
Mientras más pequeños mejor, será una forma más fácil que hagamos madurar y moldear sus conductas.
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