Si edificas cada día tu
futuro y observas continuamente el avance y te complaces de las cosas naturales
que te aporta cada día y si consientes que el calor del sol sofoque tu corazón y
lo cargues de irradiación y regocijo y aspiras en el viento.
El perfume de nuevos
acontecimientos y constantemente compartes tu optimismo con quienes te rodean,
encontraras que tu felicidad no es suerte, si no que tú te regocijas frente a
ella.
Y aprende a gózala.
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