Lo acepto todo, con tal que se cumpla tu voluntad en mí y en todas las criaturas, no deseo nada más Padre.
Te encomiendo mi alma, te la entrego con todo mi amor de que soy capaz, porque te amo y necesito darme, ponerme en tus manos sin medidas con infinita confianza.
Porque
tú eres mi Padre.
15 de febrero del 2002.
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