Los regalados en estos momentos, somos tu familia y tus amigos.
En primer lugar, tienes la felicidad de compartir tu vida con tu
admirada esposa y mi preciosa nieta.
En estos treinta años de vida...
nos has entregado tu noble corazón a cada uno de nosotros, los que te
acompañan hoy y también los que no están
presentes, tu padre y tu hermanita menor.
Agradezco a la vida, el precioso regalo de tener un hijo como tú.
Un regalo que siempre has sabido compartir con optimismo y
alegría, para con todos los que te rodean.
Siempre has demostrado a todos un secreto, no hacer siempre lo que
se quiere, sino, querer siempre lo que se hace.
Ese eres tú querido hijo.
Tu vida hasta hoy es simplemente un reflejo de tus acciones.
Das una sonrisa y una cara alegre a todos.
Estoy segura que la vida te dará de regreso, exactamente lo que
tú has entregado.
Ese es mi mayor deseo.
Muchas personas entraran y saldrán de tu vida, pero solo los
verdaderos amigos como los que hoy te acompañan, dejarán huellas en tu corazón.
Y sé, que serán muchos...
Eres y serás un noble sembrador de amistad y unión, el cual hace crecer a toda tu familia y amigos sentimientos
de aprecio, lucha, fortaleza y autenticidad.
Tus sinceras expresiones, están siempre latentes para con todos
los que quieres y estimas.
Hoy te deseo toda la felicidad del mundo, pues como empecé, no
te la puedo regalar.
Pero sí, deseártela.
Eres el mejor esposo, hijo, nieto, hermano, primo y amigo
extraordinario e incondicional.
Y por ser tal como eres, te deseo hoy y siempre mucha felicidad
para ti y tu hermosa familia.
Realmente te quiero y admiro mucho... Tu madre.
12 de Febrero del 2,000.
12 de Febrero del 2,000.
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