17 de noviembre de 2011

HABLAR ESCRIBIENDO.

Ahora les platicare de las personas que están siempre viviendo en mi corazón, a las cuales aprecio y  quiero extremadamente.
En primer lugar mis padres. 
Ellos me dieron la vida. Papá y Mama ya no están. 
Fueron y serán  siempre lo más importante en  mi vida.
Mis hijos dos preseas de oro guardadas  en mi pecho.
Que se acompañen y respeten para toda la vida. 
Estén siempre juntos y fusionados, sé que así será.
Manuel, tú sabes cuánto te amo.
Espero poder llegar a la ancianidad contigo.
Preciso tu apoyo, tu alegría, tu espontaneidad y tu verdadero amor...
Josip,  mi único hermano modelo de intelectualidad, hemos aprendido tanto de ti, pero no llegaremos nunca a alcanzarte y a entenderte:
Ahora les hablaré  algo de mí, de lo que durante mi vida ha ido colmando mi jornada diaria, mi quehacer en casa, mis proyectos en la decoración de la misma, mi trato y mi dedicación al prójimo y a mis amigos más humildes e importantes.
También he tenido impaciencias, pesadumbres, penalidades, pero equivalentemente muchas, muchas satisfacciones y complacencias.
Siempre buenas noticias con relación a la superación de mis hijos; proyectos que han cumplido siempre con convicción.
A veces he perdido la fe;  ese es uno de mis mayores defectos. Sólo pido que consiga tener más fervor, el propósito de enmienda vivo.
Doy gracias a la vida, porque tengo brazos sanos para trabajar, ojos para leer y llenar los momentos de aislamiento y perfeccionar mi inteligencia, voz para entonar y enseñar a los nietos, oídos para escuchar mis melodías y también escuchar buenos consejos, de las personas que me quieren bien.
Seguir conservando este hogar,  no demando más, cuando veo que hay gente que no tiene un techo.
Deseo seguir amando, sonriendo.
Cuando veo alrededor de mí, cuanta gente  existe y llora en la indigencia, tengo muy poco que pedir.
Sólo quiero responder a lo mucho que me ha proporcionado la vida. 
Gracias por eso.


No hay comentarios:

Publicar un comentario