Tenemos que agradecer todo lo que
tenemos en la vida, el
privilegio de dar, aprender a dar sin esperar nada a cambio, porque es el
verdadero camino en el cual podremos descubrir la verdadera felicidad, el dar es aprender a dar con
el corazón. Disfrutar todo
al máximo.
El aprender a
disfrutar las cosas pequeñas, las cosas cotidianas que componen el día a día.
Por ejemplo el disfrutar una taza de
café, una conversación con los amigos o un abrazo sincero.
Esto nos puede ayudar a descubrir perspectivas
tan maravillosas que podrían darle un giro magnifico a nuestra vida.
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