23 de noviembre de 2011

QUE TONTOS SOMOS LOS HUMANOS.

¡Qué tontos somos los humanos! Creemos que perdonar a nuestros "enemigos" es un acto de generosidad. 
Más bien es lo contrario. 
Perdonar es una actitud egoísta, es absolutamente decisiva para nuestra salud física y mental. 
No es inteligente cargar toda la vida con un enemigo a tu espalda. 
Aparecerá en momento inoportunos, en tu hogar, en tu familia, en tu trabajo, en tus sueños... Fomentará multitud de pensamientos negativos que se recrearán en tu mente: venganza, envidia, rencor...Olvídalo, perdónalo. Sé feliz, deja que tu vida transcurra positivamente la margen de pensamientos mezquinos que no deben tener cabida en tu mente. 
No tengas enemigos. A veces ignoramos que detrás de cada persona se esconde una infancia difícil, unas circunstancias personales complicadas... Si tenemos la suerte de que la vida nos ha premiado con equilibrio, honradez y muchas otras virtudes, esto es una suerte. ¡Sintámonos felices y agradecidos! Aprende a perdonar la mezquindad, la envidia, la ira, el engaño, la mentira, la cobardía, la hipocresía, la venganza, el odio, el rencor, el olvido, la desconfianza, la avaricia, la soberbia, el desprecio, el desdeño, la humillación, las críticas... En realidad son carencias, manifestaciones de una persona que nos duelen, pero que quizás deberíamos compadecer, más que reprochar. "Quien no da lo que vale, no toma lo que desea" Son los fuertes lo que perdonan, en vez de recriminar o acusar hasta hacer del agravio o el daño el cultivo de la enemistad y el rencor. Si no puedes perdonar a una persona, el problema está en ti. 


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