15 de noviembre de 2011

NO LLORES SI ME AMAS.

No llores si me amas, si comprendieras el don de Dios y lo que es el cielo, si supieras oír el cántico de los ángeles y verme en medio de ellos, si supieras ver desarrollarse ante tus ojos los horizontes, los campos y los nuevos senderos que atravieso, si por un instante pudieras contemplar como yo la belleza ante la cual las bellezas palidecen. 
Como tú me has visto y me has amado en el país de las sombras y no te acostumbras a verme y a amarme en el país de las inmutables realidades.
Créeme, cuando la muerte venga a romper las ligaduras, como las que ha roto las que a mí me encadenaban.
Cuando llegue el día que Dios a fijado y tu alma venga a este cielo en que te ha precedido la mía, ese día volverás a verme y sentirás que te sigo amando como te ame y encontraras mi corazón con todas sus ternuras purificadas, volverás a verme en trasfiguración, en éxtasis feliz, ya no esperando la muerte sino avanzando contigo que te llevare de la mano por los senderos nuevos de luz y vida.
Enjuga tu llanto y no llores si me amas.
San Agustín.


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