No radica en su haber, sino en su ser.
El niño que desea distraerse, las cantidades de juguetes le
serán solo causa de ociosidad y molestia.
Lo convierten en esclavo de los mismos.
Hay que cambiar su manera de pensar.
Denles comunicación y
enséñenles las cosas simples de la vida y serán
ellos mismos.
Enséñenles a gozar de la belleza, de la pureza, de la justicia,
de la paz en el hogar y de la verdad del
amor a la vida.
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